Os mandamos un cuento y compartís por TELEGRAM vuestros aprendizajes.
Cuenta un maestro muy rico, muy sano y muy feliz:
Una vez estuve con un monje shaolin. ¿Algunos han visto el programa de IV, La versión estadounidense del programa que en realidad se llamaba Kung Fu en los años 70 con David Carradine?
Kung Fu era sobre un monje shaolin del templo shaolin en la China, que es un sitio real. Tiene miles de años de antigüedad y este programa de TV en particular era sobre David Carradine.
Kung Fu era sobre un monje shaolin del templo shaolin en la China, que es un sitio real. Tiene miles de años de antigüedad y este programa de TV en particular era sobre David Carradine. Su personaje se llamaba Kwai Chang Caine, era un monje shaolin. En ese momento, un monje shaolin era un monje budista entrenado en las artes marciales del kung-fu, taichí, chi kung y otras artes marciales.
El templo shaolin en realidad fue el lugar donde nacieron todas las artes marciales que existen en el mundo. Antes de ser maestros de las artes marciales, los monjes shaolin eran monjes pacíficos que se dedicaban a meditar.
Desgraciadamente, como eran monjes pacíficos dedicados a la meditación, entraban delincuentes al templo, les pegaban a los monjes, los mataban y les robaban.
Los monjes se cansaron de esto y decidieron salir en busca de guerreros que contratarían para protegerlos. Entonces enviaron a monjes por todos lados en busca de guerreros para proteger el templo shaolin.
Al volver, los monjes trajeron guerreros del este, oeste, norte y sur, de lugares tan lejanos como la India, Japón y diferentes provincias de la China.
Antes de esto, a los guerreros o luchadores del mundo solo se les entrenaba y enseñaba técnicas de lucha de sus propias regiones.
Entonces, cada guerrero que fue al templo shaolin tenía un estilo particular y diferente de luchar. Esa fue la primera vez en la historia que se juntaron todos estos estilos de lucha.
Estos expertos en diferentes estilos de lucha se conocieron y comenzaron a compartir sus técnicas, y, con el tiempo, los monjes comenzaron a combinar todos estos estilos diversos en un solo estilo que llegó a conocerse como el kung-fu.
Los monjes también hicieron algo original; observaron a animales como el tigre, la gruidae (grulla), la serpiente y la mantis religiosa, y vieron cómo luchaban estos animales en la naturaleza. Tomaron todo este conocimiento y, a lo largo del tiempo, desarrollaron un estilo de lucha que se convirtió en el estilo de lucha más temido, asombroso y dominante del mundo: el kung-fu shaolin.
Estos estilos se juntaron de forma que los monjes pudieran practicar sus artes marciales para defenderse y meditar al mismo tiempo, por ello desarrollaron formas que son la meditación en movimiento. Esta serie trataba sobre Kwai Chang Caine, este monje que se fue del templo para viajar por los EE. UU., se peleó con mucha gente, defendió a mucha gente y mostró su kung-fu.
El templo shaolin es un sitio real, siempre me han fascinado los monjes shaolin y sus habilidades increíbles.
Por primera vez en la historia, el Gobierno chino dejó que 35 monjes salieran del templo para hacer una gira mundial para mostrarle al mundo las habilidades de los monjes guerreros shao-lin. Hasta ese momento nadie había visto realmente a los monjes shaolin, era puro mito, puras historias la leyenda de lo que podían hacer estos monjes.
Entonces, cuando los monjes viajaron, la leyenda no era nada comparada con la habilidad increíble de estos monjes. Asombraron a todos con su habilidad de utilizar su energía chi y las hazañas extraordinarias con sus cuerpos físicos, alucinante para cualquiera que los viera. El ultimo día, en la última ciudad, el monje principal Shi Yan Ming decidió salirse del templo, o más bien no volver al templo, irse del hotel y no volver al templo, sino desertar para enseñarle al mundo estos secretos por primera vez en la historia.
Durante años fue fugitivo del Gobierno Chino y de las autoridades de Inmigración de EE. UU. Bueno, yo conocí a este monje. Lo llevé a mi casa, vivió conmigo por un tiempo y, cuando recién lo conocí, su inglés no era muy bueno.
Así que tenía un profesor chino de kung-fu para ayudarme a interpretar. Mii primer día le dije a mi amigo chino, profesor de kung-Fa que hablaba inglés que le dijera al monje que yo quería aprender los secretos de los monjes del templo shaolin, que quería aprender las cosas avanzadas y que se asegurase de que el monje supiera que yo había estudiado artes marciales durante muchos años y que era muy hábil en las artes marciales, así que no quería aprender lo básico, quería aprender las cosas secretas avanzadas que enseñaban en el templo shaolin.
Esconces mi amigo chino habló en chino con este monje, volteó y me dijo:
-Bueno, el monje dice que te quiere enseñar a dar un puñetazo —comentó él.
⁃ No, yo ya sé dar puñetazos, yo quiero aprender las cosas avanzadas, la carnecita, los secretos —le aseguré con intriga
⁃ Hablaron de nuevo, mi amigo chino volteó y me dijo:
⁃ Bueno, el monje dice que realmente quiere enseñarte a dar un puñetazo —dijo muy tranquilo.
⁃ No, no, no, no, ¡dile que yo ya sé dar un puñetazo, no quiero aprender solo un puñetazo básico, quiero aprender las cosas avanzadas —le volví a asegurar.
Hablaron de nuevo y mi amigo chino me dijo:
—Bueno, el monje dice que realmente quiere enseñarte a dar un puñetazo, pero primero quiere verte dar un puñetazo, quiere ver qué tan bueno eres —acabó diciendo.
Entonces colocaron una vela, la prendieron y el monje dijo Quiero que des el golpe más fuerte que puedas y parar a una pulgada de la llama —añadió con calma.
⁃ Está bien, seguro que quiere ver cuánto puedo controlar un golpe fuerte. ¿Qué tipo de golpe quieres? Uno cortante, uno de lado, uno con giro, de atrás… —sugerí arrogante.
⁃ No, no, simplemente da cualquier golpe.
Entonces le di un golpe cortante shaolin a la llama y paré exactamente a una pulgada de la lama con un control perfecto. Francamente yo estaba muy satisfecho con mi puñetazo.
Ellos hablaron en chino y mi amigo dijo:
—El monje dice que está muy impresionado con tu puñetazo, dice que ahora te quiere mostrar el suyo señaló con una sonrisa.
Y claro, yo quería ver el golpe del monje, que no podía ser mejor que el mío.
Entonces, el monje se levanta, mira la llama, me mira a mí, sonríe, da un golpe muy corto y para a un pie de la llama; la llama se apagó. Su puño paró a un pie y medio de la vela y la llama se apagó.
Mis ojos se abrieron como platillos y dije:
⁃ Dios mío, dile que quiero aprender a hacer eso —exclamé teniendo los ojos como platos.
⁃ Eso es lo que te ha estado tratando de decir, que te quiere enseñar cómo dar un puñetazo —acabó diciendo mi amigo chino.
⁃
La razón por la que menciono esto es que a veces pensamos que no queremos aprender lo básico, que queremos aprender las cosas avanzadas y este maestro shaolin me lo dijo muy sencillamente, dijo:
«Si quieres ser un maestro, tienes que dominar lo básico».
Y lo que yo aprendí y lo que ustedes deben entender son los tres principios básicos:
1. A quién escuchar: quienes tienen los resultados que ustedes desean tener. Si quieres aprender a preparar un plato exquisito, no vas a aprender de alguien que solo sabe freír espárragos. Vas a aprender de los mejores chefs de tu pais. Si quieres ser rico, vas a aprender solamente de millonarios. Si quieres encontrar el amor, solo vas a aprender de personas que ya lo tienen. Sin excusas y sin excepciones.
2. La capacidad de aprender. De sacrificar lo que te gusta para aprender. La voluntad de aprender y la voluntad de aceptar los cambios. Sin excusas y sin excepciones.
3. Entrenar tu mente en los 2 pasos anteriores te asegura el 99.9% del éxito.
No son tan sencillos como pueden pensar.
Algunas personas piensan que son solo un golpe, pero no.
Cuando algo NO nos funciona no es porque no funciona, sino porque:
-No estamos escuchando a las personas correctas
-No tenemos la actitud correcta, no estamos motivadas, no creemos en lo que estamos escuchando
-No aplicamos lo que estamos escuchando
-Pensamos que ya lo sabemos. Si no lo aplicas, y no tienes resultados, no sabes NADA.
-No sacrificamos otras cosas para seguir aprendiendo. Tenemos más excusas que ganas.
